La Red Europea EMIN (European Minimum Income Network) ha presentado recientemente un informe
sobre el Sistema de Rentas Mínimas en España. La Red reúne a diversos expertos,
profesionales, académicos y diversas entidades activas en la lucha contra la
pobreza y la exclusión social. Tiene como objetivo la construcción de consensos para la implantación y desarrollo progresivos de los sistemas de Rentas Mínimas
adecuados y accesibles, en los Estados miembros de la UE.
El EMIN es un proyecto financiado
por la Comisión Europea en el marco de la Estrategia Europa 2020 y en el
contexto de la Plataforma Europea contra la Pobreza y la Exclusión Social.
En el informe se tratan cuatro temas: un estudio/síntesis
sobre las distintas prestaciones orientadas a la garantía de ingresos; la
opinión de informantes clave sobre problemas y obstáculos de los sistemas de
rentas mínimas; la inclusión activa y una serie de propuestas a tener en cuenta
en una reformulación del modelo.
En este breve (34 pp.) pero muy interesante informe, podemos
comprobar la enorme desigualdad en la extensión e intensidad de cobertura de
estos sistemas en las distintas comunidades autónomas, la dificultad de acceso
de diferentes colectivos, la inclusión de perfiles hasta ahora alejados de la
demanda de este tipo de prestaciones y la importancia de estas rentas en la
lucha contra la exclusión de las familias.
Considero que la Renta Mínima no es un fin en sí mismo, pero puede convertirse en un instrumento muy valioso para evitar que situaciones "puntuales" arrojen a la exclusión a un buen número de personas y familias. Un buen sistema de Rentas Mínimas debe garantizar el acceso a unos ingresos suficientes y seguros a todas las personas que no pueden cubrir sus necesidades básicas mediante otro tipo de rentas, así como proveer de los apoyos personales necesarios que aseguren la provisionalidad de este tipo de medidas.