Trabajar menos para trabajar todos...

... y ganar todos y ganar menos dinero y tener más tiempo libre y ¿vivir mejor?... Quizá sí. Las cifras de desempleo se disparan en España convirtiendo este asunto, en asociación a otros también relevantes, en un problema de emergencia nacional. Las últimas cifras de la EPA así nos lo denuncian: disminuye el número de activos (especialmente entre los jóvenes), el paro supera los 5,9 millones, los activos descienden a 16.9 millones, sube la ocupación a tiempo parcial (ya son el 15% del total de ocupados) y, lo que resulta aún más  desolador, 1,8 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro (258 mil más que el año pasado).
Pero el problema no es sólo de España. Las tendencias mundiales en materia de empleo no son optimistas. El informe de la OIT Tendencias mundiales del empleo 2013  nos habla del problema del empleo a nivel mundial. El informe señala que, a medio plazo, la economía mundial podría recuperarse pero el crecimiento no será lo suficientemente fuerte para reducir el desempleo previéndose que la tasa de desempleo mundial permanezca en alta hasta 2017. Al mismo tiempo, se estima que el número global de desempleados aumentará aún más hasta unos 210,6 millones durante los próximos cinco años.
Pocos dudan de que el empleo tal y como lo hemos conocido en las últimas décadas no va a volver. El empleo escasea, se hace más precario e incluso se ve incapaz, en muchos casos, de sacar a los trabajadores de la pobreza (ver fenómeno del working poor: trabajadores que no consiguen por su bajo salario superar el umbral de la pobreza).
El empleo constituye un medio clave de crecimiento personal e integración social. La relevantes funciones del trabajo van mucho más allá de sus implicaciones económicas macro y micro. Ello nos debe alertar de la irresponsabilidad que supone dejar en manos del "mercado laboral" la distribución de escaso empleo existente. Ya sabemos cómo funcionan "los mercados".
Ante esta situación resulta inaplazable plantearse el empleo como un bien (satisfactor) escaso que debe ser regulado-administrado con criterios de igualdad-justicia social. Son muchas las fórmulas que pueden emplearse. Como aparece al comienzo de esta entrada, yo me inclino por compartir el empleo. No soy el único. La OIT ya lo planteaba en 2009 (ver artículo) cuando el problema no era tan grave. Otros también lo piensan y lo justifican e incluso proponen una cifra: 21 hs/semana: resumen en español - texto original en inglés - texto en español.  Cualquier cosa menos quedarse mirando a ver qué pasa... Podemos ir pensando en ello.