Según un estudio, las personas pertenecientes a estratos socioeconómicos más bajos empatizan más con el sufrimiento ajeno.

Según un estudio de la Universidad de California, en Berkeley, ha revelado que las personas que pertenecen a clases socio-económicas modestas sintonizan más con el sufrimiento ajeno, incluso a nivel fisiológico y expresan mayor compasión hacia los demás que los individuos de clases más pudientes. Los autores del estudio señalan que estos resultados sugieren la existencia de culturas distintas (más cooperativas o más individualistas) en las diversas clases sociales.